Patrón oro
El patrón oro (en francés: étalon-or) designa un sistema monetario en el que la unidad de cuenta de un país está respaldada por una cantidad fija de oro. En otras palabras, el valor de la moneda nacional se define en términos de un peso específico de oro, y el Estado garantiza que dicha moneda puede, en principio, canjearse por oro a ese tipo de cambio fijo.
Durante siglos, el oro fue el respaldo por excelencia de los sistemas monetarios. Bajo el patrón oro clásico, los bancos centrales estaban obligados a convertir su moneda en oro si el portador lo solicitaba. Esto implicaba disciplina monetaria y limitaba la capacidad de los gobiernos para emitir dinero sin respaldo.
Tres variantes del patrón oro
- Patrón moneda oro (gold specie standard): Basado en la circulación de monedas de oro reales. El valor de la unidad monetaria estaba directamente vinculado al contenido metálico de una moneda en circulación - por ejemplo, un soberano británico o un águila estadounidense de oro.
- Patrón lingote (gold bullion standard): Bajo este sistema, no hay monedas de oro en circulación, pero el banco central se compromete a canjear billetes por lingotes de oro de peso y pureza estándar. Un ejemplo clásico fue el sistema británico tras la Primera Guerra Mundial.
- Patrón cambio oro (gold exchange standard): Utilizado especialmente en el periodo de entreguerras. Aquí, un país no canjea su moneda por oro directamente, sino por divisas de otro país que sí aplica el patrón oro (por ejemplo, libras esterlinas o dólares estadounidenses).
Declive del patrón oro
Aunque muchos países siguen acumulando oro como parte de sus reservas internacionales, el patrón oro ha sido abandonado gradualmente a lo largo del siglo XX. El punto de inflexión fue la ruptura del sistema de Bretton Woods en 1971, cuando Estados Unidos suspendió la convertibilidad del dólar en oro, lo que marcó el fin definitivo del patrón oro en la práctica.
Desde entonces, la mayoría de las monedas modernas funcionan como monedas fiduciarias (fiat money), cuyo valor no se basa en un respaldo metálico, sino en la confianza pública y la estabilidad económica del emisor.