Los francos de oro de Bélgica son, ante todo, una rareza. Difíciles de conseguir, interesan por igual a inversores y coleccionistas. Bélgica comenzó a acuñar su propia moneda de 1829, tras su independencia de los Países Bajos. Los primeros francos belgas llevan el retrato del rey Leopoldo I de Bélgica y se emitieron entre 1831 y 1865. Los francos belgas con la imagen de Leopoldo II se produjeron durante su reinado, desde 1869 hasta 1909, año en que falleció. Después, y durante los 25 años de reinado de su sucesor, Alberto I, solo se emitieron francos belgas de oro hasta 1914. De las 250.000 monedas emitidas, la mitad, 125.000, lleva una inscripción en flamenco y la otra mitad en francés. Los francos de oro de Bélgica tienen una pureza en oro fino de 900/1000 y, al igual que todas las monedas de inversión, están libres de IVA en StoneX Bullion.