Plata de ley


A diferencia de los lingotes o monedas de inversión en metales preciosos, el término plata de ley o plata sterling proviene del mundo de la joyería y la orfebrería. Esta aleación contiene un 92,5 % de plata pura (925 milésimas) y un 7,5 % de otro metal, normalmente cobre. Esta proporción mejora la resistencia mecánica del metal sin alterar demasiado su color característico.

Históricamente, la denominación sterling proviene de los antiguos pennies ingleses de plata, que estaban compuestos precisamente por esta aleación. De ahí su denominación tradicional en inglés: sterling silver. Aunque esta composición fue durante siglos un estándar también en la fabricación de monedas de uso corriente, en la actualidad las monedas y los lingotes de inversión suelen estar compuestos por plata pura de 999 milésimas o superior.

Para los inversores en metales preciosos, es importante distinguir entre plata de ley (Sterling Silver), más común en joyería, y plata fina (Fine Silver), que se refiere a plata con una pureza del 99,9 % o más y es la preferida para fines de inversión. Aunque la plata de ley tiene valor intrínseco, su cotización como metal de inversión es menor debido a su menor contenido en plata pura.